ROSARITO AL INSTANTE

*.- El vehículo se lo regaló por su cumpleaños
*.- Raydel López Uriarte era “el bueno” como él mismo lo dijo, aunque ya no venia a Tijuana.

TIJUANA.- Diana López Uriarte, según sus declaraciones ante las autoridades que lo capturaron, estaba alejada de su familia desde hace cinco años y no volvió a ver a Raydel, El Muletas, sino hasta fechas muy recientes al celebrar su cumpleaños número 24.
Ese día, en una fecha que no pudimos establecer, se le apareció con un regalo, el cual resultó ser el vehículo de reciente modelo en el que se transportaba junto con su pareja, ahora muerto, un Ford Focus de color blanco, modelo 2009.
Precisamente por esa relación que tenía Diana con Tomás Alberto Rosales Cruz, es que la familia se distanció, ya que sus hermanos no aceptaban a su entonces novio, el cual en aquellas fechas tenía 18 años y ella 19.
Liberada la noche del lunes 15 de este mes, Diana recordó el plagio ocurrido el día 4, cuando llegaban al mercado Súper Soriana del Blvd. Agua Caliente y Salinas. Su secuestro con violencia tuvo lugar a las 11:40 horas y según las autoridades federales, el “levantón” lo realizaron individuos bajo las órdenes de Fernando Sánchez Arellano, alias El Ingeniero. La Procuraduría del estado presentó este jueves a cuatro hombres a los que identificó como los secuestradores de la hermana del delincuente y asesinos de su pareja.
La joven de pelo muy negro y tez muy blanca y “chapeteada” no dijo de qué manera se mantenía pero si comentó ser estudiante de la Facultad de Administración y Finanzas de la Universidad Autónoma de Baja California.
Tras ese lustro de no tener contacto con su familia, de repente Raydel se le apareció con ese regalo. Poco le duró el gusto porque a ella la secuestraron y a él lo detuvieron las fuerzas federales.
El plagio de su hermana, provocó gran malestar en El Muletas, el cual inclusive se habría sorprendido por el hecho, ya que también declaró a las autoridades, que ya habían llegado a un acuerdo de “no agresión” entre la huestes del “ingeniero” y sus “fuerzas especiales”.
Por lo mismo, él también reaccionó con violencia y según lo que confesó, respondió secuestrando a tres familias emparentadas con Sánchez Arellano, entre las que se encontraba la que vivía en San Agustín Residencial en Tijuana.
De nueva cuenta, la autoridad federal brindó algo de información al respecto, asegurando que El Muletas mandó matar a esos familiares de su odiado enemigo -al que llama “el albañil”- sin embargo después se supo que algunos de esos plagiados regresaron a sus hogares o fueron liberados.
“No tengo jefe… yo soy el bueno”
Al responder de esta forma, El Muletas confirmó algo que se conocía aquí: él estaba a la par de Teodoro Eduardo García Simental y posiblemente hasta lo superaba, por contar con una mejor “organización” y equipo, aunque aceptó unirse al Teo -quien es su compadre- en su lucha por quitarle la “plaza” a Sánchez Arellano. Por esto, tras la captura de Teodoro, en ningún momento se quedó bajo el mando del “Chiquilín”, Manuel García Simental, no obstante que en la capital del país lo quisieron convertir públicamente en “jefe”, por el solo hecho de ser hermano del Tres Letras.
Ya no estaba en Tijuana
Al endurecerse las acciones de búsqueda en su contra, Raydel López Uriarte ya no estaba en Tijuana en el último año y medio. Todo lo manejaba a través de sus “lugartenientes”. Según lo que confió, él fue el primero que se fue a vivir a La Paz, Baja California Sur, mismo camino que tomó más adelante su compadre, para poder protegerse.
El único que iba y venía sin ningún problema y llevaba consigo las órdenes sobre lo que se tenía que hacer, era Manuel García Simental, alias “El Chiquilín”, quien estaba muy confiado porque no había fotos de su persona en poder de las autoridades.
Por esa misma ausencia no pudo identificar o reconocer a varios de los policías de las diferentes instancias que lo protegían, ya que eran otros quienes los contactaban o les daban el dinero. Sí mencionó los cargos de los cinco policías locales que fueron trasladados a México, por nexos con el crimen organizado, pero de igual forma mencionó a comandantes ministeriales y uno que otro elemento de otras corporaciones que extrañamente no fueron señalados públicamente ni mucho menos entregados por las instituciones correspondientes para su investigación.
Sus propiedades:
El sicario que debe una gran cantidad de muertes en esta zona, aceptó tener por lo menos 15 propiedades en Tijuana, de las cuales una gran mayoría le fueron “reventadas” por elementos del ejército y municipales, tras las primeras horas de su detención.
Destaca entre las mismas, el rancho que le fue decomisado y del que sacaron 12 caballos pura sangre que el delincuente había logrado, con la fortuna personal amasada, precisamente con sangre.
Destruida su “organización”
Las autoridades están convencidas que con las detenciones, primero del Teo y después de su hermano “El Chiquilín” y del Muletas, ya quedaron destruidas estas células y de la de Raydel López Uriarte, el cual dijo haber tenido 200 hombres, ya no quedan “más que algunos de sus matones dispersos y tratando de rescatar algo de lo perdido para ellos” dijo una de las “fuentes” consultadas. López Uriarte habría señalado como su “segundo de a bordo” a un individuo al que le llaman “El Chapito”, el cual si se mantiene vigente, ya estaría actuando bajo sus propios intereses.
Por el “bando” contrario, se mantienen las células del “ingeniero”.