ROSARITO AL INSTANTE

TIJUANA.- Ahora fueron un norteamericano y dos jóvenes que hasta ayer salvaban su vida de milagro; anteayer por lo menos otros tres sujetos y el fin de semana dos policías, uno estatal y otro municipal, todos sufrieron atentados y sólo dos no habían perdido la vida.

Así están las cosas en esta ciudad donde el crimen está dejando claro que nunca se fue y sólo esperaba el momento idóneo para volver a sembrar el pánico en la población que todavía no lograba recuperarse de la violencia encrudecida desde 2007.

Lo más cruel es que, aparentemente, algunos de los involucrados nada tenían que ver con el crimen organizado y en el caso de al menos uno de los dos policías victimados, según un presunto responsable de su asesinato, debía la acción en su contra a las aprehensiones realizadas por hacer bien su trabajo.

Otra vez son los elementos policíacos quienes se han vuelto blanco de las agresiones, aunque ahora no se trata de aquellos agentes municipales que, obligados por sus superiores, tuvieron que hacer frente al crimen organizado en una tarea que no les correspondía y segó la vida de muchos de ellos y en algunos casos hasta de sus familias.

Las tareas de la Policía Municipal se han vuelto en mucho más discretas y si bien este fin de semana uno de sus efectivos perdió la vida, al momento se desconocen las causas.

Lo cierto, es que cada que hay un asesinato y una balacera el afectado no sólo es la víctima directa sino todos aquellos a los que los alcanza el hecho.

La población está inmersa en una realidad que asombra, inquieta y lastima.

Aunque los hechos de sangre no han alcanzado las dimensiones de hace unos meses todo apunta hacia un desplante generalizado de la violencia en el contexto local y nacional donde es la tranquilidad de los ciudadanos la que permanece vapuleada.

Tomado del portal de noticias de EL MEXICANO...